domingo, 19 de febrero de 2012

Cuento "Línea 62" - Infusión Japan Finest Sencha

Infusión Japan Finest Sencha

Para lograr su intenso aroma, sabor y color, las hojas de té Sencha se recolectan exclusivamente en primavera. Para los paladares más exquisitos. Color amarillo claro, dorado con matices verdosos. Aroma muy delicado, vegetal a “verdura” (espinaca). Refrescante. Sabor exquisitamente dulce, refinado,  vegetal, casi balsámico. Momento de consumo ideal: todo el día excepto el desayuno.

 

Línea 62

Un hombre y una mujer sentados en un autobús de la línea 62. Comienza a hablar el hombre.
-         Tiene usted algo en la mejilla. Un momento, que se lo quito. Ya está.
-         Oiga, que no le conozco de nada.
-         Ya lo sé, pero es que tenía usted algo en la cara; ahora ya no lo tiene.
-         No puede ir tocando las caras ajenas como si nada.
-         Pero si solo era para quitarle una cosita ahí pegada que la afeaba.
-         Y eso, ¿a usted que le importa?
-         Perdone, es que soy un esteta y no he podido resistirlo.
-         ¡Tanto me afeaba!
-         Bueno, no tanto, porque es usted demasiado hermosa. La verdad es que no era más que una pequeña interferencia.
La mujer termina por sonreír.
-         Pero no puede usted ser tan invasivo. Bastaba con que simplemente hubiese pedido permiso antes.
-         Ya, pero entonces no habría empezado esta conversación y yo no habría podido invitarla a tomar algo.
-         Es usted un descarado, ¿eh? Le salva que tiene cara de buena persona.
-         Uf, no se fíe, somos los peores.
-         No, usted no. Hay algo en su mirada...
El hombre sonríe.
-         Entonces, ¿tiene tiempo para un café? O, mejor, un té verde. Usted es más de té verde.
-         ¿Y eso es bueno?
-         Claro. Las personas que toman té verde tiene mejor cutis y menos celulitis.
-         Desde luego, es usted un descarado. Pues me voy a tomar ese té con usted. ¿Bajamos?
Se levantan. Ya de pie, el hombre despliega su bastón para ciegos.
-         Pero, si no ve... entonces... Sí que me ha tomado usted el pelo.
-         En absoluto. Veo mucho más que otras personas, créame. Sin verla, sé que es hermosa: la oigo, la huelo, la siento a usted. Y desde hace tiempo. Llevamos meses coincidiendo a esta hora en el autobús. Y usted no me había visto a mí. Tiene gracia. Entonces, ¿no baja?
Silencio. Se oye un músico callejero que toca “Singing in the rain”.
-         Por supuesto. Agárrese de mi brazo.

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