martes, 26 de julio de 2011

Infusión Bombón naranja - Cuento "Roma en el Retiro II"

La infusión Bombón naranja es un té negro chino con trozos de cacao y chocolate, piel de naranja y flores de cártamo. Es de color marrón rojizo. Su aroma es ligeramente chocolateado. Se percibe primero el sabor del chocolate y después la naranja gana terreno. Se recomienda consumirlo mañanas o tardes.

ROMA EN EL RETIRO  II

El viejecito ha desaparecido. Una mariposa blanca la rodea con su baile sufí y se aleja. Está en una calle empedrada. A un lado, fachadas; al otro, un muro de piedra y hiedra que recorre la calle. Sabe que detrás del muro, muy cerquita, está el Tíber. Es la via Giulia.
No se atreve a moverse por miedo a romper el hechizo pero sus pies toman la decisión de entrar por un portal abierto. Techo abovedado con una lámpara de cristal. Al final, un patio con su fuente, sus esculturas y alguna planta. Toca el agua de la fuente y como si fuese agua bendita se lleva los dedos mojados al corazón. Y descubre que lleva otra ropa: un vestido de flores con algo de vuelo y un escote generoso. Se sabe hermosa.
Sube unas escaleras. Llega a una azotea: montones de flores y una mesa redonda de forja blanca con dos sillas. En la mesa, una taza. Es un capuccino recién servido. Se sienta a tomárselo. Observa la vista y la respira. La luz suave del atardecer, los pinos de copa redonda, el río, antiguo como todos los ríos, pero el Tíber parece más viejo, más sereno, como un senador romano. Podría ser cualquier ciudad, pero hay una calidad especial en la luz, en el aire, en los ruidos. Y esos pinos...
Saborea el capuccino. Con cada sorbo rememora rincones que conoce, callejuelas oscuras y frescas, fuentes majestuosas, edificios espléndidos, monumentos que ya son parte del inconsciente colectivo...
Cuando acaba el café cierra los ojos. Al abrirlos está sentada en un banco, en vaqueros, el helado hecho una sopa. De nuevo en el Retiro. A su derecha, el viejecito con su gato.
"He estado allí, ¿verdad?"
"¿Por qué lo duda?"
"Quizá sólo lo he imaginado."
"¿Y eso qué importaría? Pero tengo un regalo para usted, signorina."
Le da una bolsa de papel. Mira dentro. Es el vestido de flores. Y hay algo más. Una postal de Roma con algo escrito: "Cuando necesite volver a Roma unos instantes, póngase el vestido."
Loca de contento va a darle un beso a su viejecito... Y ya no está. Una mariposa blanca se aleja. Es feliz.

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