jueves, 27 de octubre de 2011

Pequeño ritual - Infusión Menta Chocolate

Menta Chocolate

 Té negro con aceite de cacao y menta. Su aroma recuerda a los conocidos chocolatitos “After eight”. Perfecto para ser tomado por la tarde con repostería de chocolate. Color, amarillo anaranjado. Aroma y sabor dulce y floral, textura sedosa. Momento de consumo ideal, por la tarde.


 Pequeño Ritual

Valeria está sentada en la terraza de su piso, envuelta en un chal ligero porque el otoño se acerca y refresca. El día se va apagando mientras saborea un oporto. Espera con una sonrisa plácida. Cuando ya se puede decir que es de noche, enciende tres velas de té y las coloca en una gran copa de cristal verde donde flotan en agua.  Su terraza se convierte así en un jardín mágico. Sirve oporto en otra pequeña copa junta a la suya.

-         “Oui, la vie est jollie, n’est-ce pas?”

A su lado ha aparecido, de repente, la imagen luminosa de una mujer mayor. Es el fantasma de su bisabuela.

-         “Bon soir, abuela. Sí que es bonita la vida, y ya lo siento por la parte que te toca. Oye, ya no me asusto, ¿eh?
-         Gracias a dios, porque la primera vez fui yo la que salí espantada, hija. ¡Qué gritos! Cualquiera te decía nada.
-         Abuela, me estaba lavando los dientes y apareciste detrás de mí en el espejo. Casi me da un infarto.
-         Bueno, niña, era la primera vez que me aparecía. No es nada fácil, ¿sabes? Estaba nerviosa. No supe darte algunas señales antes, luces que se encienden y se apagan, puertas de armarios que se abren, alguna vocecilla lastimera...
-         Ay, calla, por dios. Menos mal que ya tenemos nuestro pequeño ritual. Bueno, sigue contándome. Nos habíamos quedado en que decidiste irte a París cuando intentaron casarte con el gañán aquél.
-         Ah, sí, el pobre Tomás. Por lo menos le dejé una carta diciéndole que era un chico estupendo pero que a mí el pueblo se me quedaba pequeño. Que hasta la vista mon ami.

Las dos se ríen. Le fascinaba su bisabuela. La escuchaba absorta y dio gracias por el regalo inesperado de conocer todas esas cosas de su propia boca etérea. Sí, daba gracias por tener a su lado a ese fantasmita menudo y locuaz.

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