lunes, 5 de septiembre de 2011

Infusión: Té de Lima Japonesa verde - Cuento "El armario"

El té de Lima Japonesa Verde es ligero, fresco y muy digestivo. Es ideal tomarlo en frío. Es un té verde Sencha japonés con arome de lima, piel de limón y margaritas. Su color es amarillo brillante; aroma, cítrico y fresco y su sabor, refrescante y marcadamente cítrico. Puede consumirse a lo largo de todo el día.


El Armario


Corrió la puerta del armario y se abrió paso entre los vestidos, pisando las cajas de zapatos. Se encerró y deseó que pasase algo extraordinario, que se abriera una puerta secreta, que una luz cegadora la transportase a un prado infinitamente verde junto al mar, que lloviera a cántaros, que un río bajo sus pies la arrastrara hacia el mar, que un vendaval le impidiera  pensar, que el mundo frenase en seco y saliera despedida al espacio exterior... Y dejó de gritar. Se hizo daño en la garganta; el grito resonaba en sus oídos.
No pasó nada de todo eso. Se quedó allí, echa un cuatro, entre ropas y cajas. Esperando. Respirando cada vez más tranquila, dejando que el peso de su cuerpo la amoldara al espacio. Cediendo. Abandonándose.
Y se abrió una puertecita en su cabeza por la que se atrevió a mirar y llegó a un prado infinitamente verde junto al mar y de repente se puso a llover, formándose un río bajo sus pies que la llevó hasta el mar y la azotó un viento enérgico que limpió sus pensamientos y sintió que el tiempo se detenía y flotaba entre estrellas y planetas y notas musicales y algoritmos.
            Tras ese momento eterno volvió a su estrecho armario extrañamente renovada. Abrió la puerta y salió con otra mirada en todo su cuerpo. Camina hacia la puerta del dormitorio. Antes de abrirla respira hondo. Por el pasillo oye las risas, los gritos, las carreras, pero ahora lo escucha todo con una sonrisa.

-    “Mami, ¿dónde estabas?
-         “Muy cerquita y a la vez muuuuy lejos”.
-         “¿Estás bien? ¿Sigues enfadada?”
-         “Estoy bien, tranquilos. Es que a veces estoy como en fuera de juego y tengo que parar la jugada para recentrarme”.
-         “Mami, estás loquita”.
-         “Sí, un poco. Venga, dadme un beso, bucaneros”.
-          
.................................


Cuando fue al día siguiente a recogerlos al colegio, otra mamá se le acercó.

            -    “Vaya, te noto cambiada. ¿Has empezado a hacer yoga o pilates?”
-         “No, de momento sólo uso la técnica del armario”.

La otra mamá se calla, desconcertada; no dice nada para ocultar su ignorancia sobre esas técnicas que seguro son  de lo más in.
            Una tercera mamá le guiña un ojo.

-         “No falla, ¿verdad? Y es gratis”.

La dos se ríen. La otra mamá da un respingo y se va.

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